"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

sábado, 26 de marzo de 2011

JP-561. COTO GUARDIOLA DE BERGUEDÀ-1





JORNADA DE PESCA Nº 561

Definitivmente, este inicio de temporada, puede pasar a la historia como el más desastroso, desafortunado y accidentado de los que he vivido a lo largo de los años.

La jornada inaugural, fue una de las climatológicamente peores que recuerdo en mucho tiempo, y estuve pescando seis horas seguidas bajo el chaparrón. La semana pasada, me caí al rio, y aparte de empaparme hasta los calzoncillos, se me mojó la cámara de fotos, la cual, afortunadamente, he podido recuperar a la que se ha evaporado el agua. Por suerte una buena funda hizo milagros. Esto, y ponerla a secar en un paquete de arroz. Este sábado, para no variar la tendencia negativa, partí un tramo de mi caña, al golpear de misma de un modo fortuito en una roca, mientras desenganchaba las ninfas que se habían quedado colgadas en un árbol, tras un lance demasiado arriesgado.

En fin, que ahora tocará reponer el tramo de la caña lo antes posible. El único inconveniente de tal accidente, fué que tuve que volver al coche, guardar la caña rota, sacar la caña de repuesto, mucho más tosca y con una acción a la que no estoy tan acostumbrado, y montar de nuevo aparejos.

Como no, estaba un tanto apesadumbrado, pues le tengo mucho cariño a mi Guideline Fario, y ahora puedo tener que estar un tiempo sin pescar con ella. Confío en una pronta reposición del tramo roto. Al igual que la semana, tras el remojón, tampoco tras la inesperada y desafortunada rotura de mi juguete favorito, me he dejado llevar por el desánimo, o por el derrotismo. Al rio he venido a pescar, y eso voy a continuar haciendo, hasta que llegue la hora de irme, no importa con que caña. Por suerte, siempre llevo una de repuesto.

La mañana ha sido soleada, e incluso ha hecho calor, a medida que nos apróximábamos al mediodia. El rio bajaba altito, y con el agua de tonalidad grisácea debido al deshielo, pero totalmente pescable, y muy ideal para hacerlo a ninfa.

Sin embargo, y pese a la bonanza de la mañana, en este período de la jornada no he tenido ni una picada; ni una. Y eso que he raspado bien el fondo del rio con ninfas bastante pesadas, lo que además se ha supuesto una buena escabechina de material, debido a enganches diversos con rocas y troncos sumergidos.

El triste episodio de la rotura de la caña, ha sucedido a tocar el mediodia. Entonces, he tenido que hacer una pausa forzosa, para volver al coche a buscar la caña de repuesto. Al volver a pescar, decidí no volver al mismo sitio, y cambiar un poco de zona, aunque, tras rodear el siempre emboscado y casi intransitable valle del Gabarrós (rio el cual, además, es Refugio de Pesca), resultó que volvía a pescar apenas a menos de medio kilómetro de donde lo había tenido que dejar hacía un rato.

De vuelta a la acción de pesca, el cielo se nubló, y cayeron cuatro gotas mal contadas. Quizás fue eso lo que activo a las truchas, pues a partir de ese momento, comenzaron a picar, lo hicieron con ganas, y lo que quedaba de jornada ha sido todo lo amena que no ha sido la soleada y bonancible mañana. Eso si, no vayáis a creer que ha caído tormenta alguna. Sólo han sido unos cuantos episodios de débil llovizna, bajo un cielo encapotado por el que, de vez en cuando, se colaban los rayos del sol de la tarde. Un bello espectáculo de la naturaleza, para premiar a aquellos que, seguimos pescando en una hora en que muchos prefieren estar de tertulia en la comilona, o haciendo la digestión de la misma.

Por lo que hace a las truchas, salieron de buena medida, y de “palmeras” (1). Las de buena medida picaban a la ninfa de tamaño contenido, de oreja de liebre bien despeluchada, y lo hacían tímidamente, por lo que tocó extremar el tacto. Por el contrario, las deshinibidas y descaradas palmeras, se abalanzaban como locas sobre el pesado ninforro de punta de bajo de linea, y se lo metían a fondo en la boca, por lo que en un par de veces he tenido que sudar tinta de calamar, para poder desanzuelar y devolver al rio sin daños a estas divertidas farios, aprendices de “garganta profunda”.

De justicia, el total de capturas de hoy sería de diez truchas fario a ninfa... pero como yo sólo cuento aquellas que terminan en la sacadera, y luego son soltadas, quedan en cinco. Las otras cinco, fueron truchas peleadas, pero perdidas en el combate, en el cual en esta ocasión tuve la desventaja añadida de pescar con una caña de reserva cuyas acciones tanto de lanzado, como de pelea con el pez, no tan sólo desconocía, sino que dejan bastante que desear.

A propósito de la caña de reserva, os diré que se trata de una económica de nueve pies y cuatro tramos para linea 5 (la marca, como el nombre del pecador, no la diré), muy dura y con acción de punta. La verdad, es que nunca la había usado, pues sólo la llevaba por si sucedía alguna eventualidad. Si veo que se demora la recuperación de mi caña habitual, estoy por recuperar mi vieja Grauvell Titanium de dos tramos, con la que he pescado muchos años, y a cuya acción, aunque menos depurada que la Guideline Fario, ya estoy acostumbrado.

Curiosamente, a medida que avanzaba la tarde, el caudal del rio bajó ligeramente, y el agua se aclaró un poco más. Por ello, dediqué la última media hora de la jornada a repasar con el tándem de seca y ninfa, unas corrientes en las que había tenido bastantes picadas horas antes. En esta media hora final, de “jogo bonito”, de pesca más vistosa, aún tuve tiempo para clavar un par de truchas, ambas “palmeras”: una terminó en mis manos, y la otra se desclavó, en la tónica de lo que fue la parte productiva de la jornada.

De vuelta a casa, tras la merienda pastelera en Gironella, no hay tristeza ni pesar por el juguete roto. Un dia de pesca, es un regalo de la Providencia demasiado grande, como para entristecerse por algo que se puede reponer, bien sea una ninfa que se engancha en un tronco, o una caña que se parte. Al fin y al cabo, sólo a los pescadores de salón y tertulia nunca les pasa nada. Los que pasamos tanto tiempo en el rio, ya sabemos a lo que nos exponemos, aunque visto lo visto en este inicio de temporada, estoy deseando, con todas mis fuerzas, que llegue por fin una jornada un poco menos aciaga y accidentada.

TEMPORADA 2.010 - 2.011 - Nº 20

Sábado, 26 de Marzo de 2011

TEMPORADA DE SALMÓNIDOS 2.011 Nº 3

Coto Guardiola de Berguedà-1

Rios Llobregat, Bastareny y Saldes

(pesca sólo en el Llobregat en esta jornada)

Capturas: 5 truchas fario a ninfa.

Pescador : Ferran RUBINSTEIN

Climatología: soleado y caluroso por la mañana, y nublado, con débil llovizna ocasional, por la tarde.

Hora de inicio de la jornada: 10,15 h.

Hora finalización jornada: 17,30 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 12 “El año 1.917”

Dimitri Shostakovich

Obertura Triunfal

Anton Rubinstein

“La Noche Transfigurada”

Arnold Schömberg

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 6

Anton Rubinstein

“A la Memoria de un Héroe”

Alexander Glazunov


Lineas Tensas!

Ferran RUBINSTEIN.

(1) Nota para los lectores de Iberoamérica: se dice de una trucha “palmera”, cuando esta hace justo la medida de un palmo de la mano, aunque todo depende de la mano de quién. Por regla general, las truchas “palmeras” estarían entre 18 y 20 cms., aunque según quien incluye en esta categoría truchas de 22 cms., que suele ser la medida mínima legal de captura en los cotos con muerte de Catalunya.

sábado, 19 de marzo de 2011

JP-560. COTO CARDENER Y AIGUADORA.


JORNADA DE PESCA Nº 560


He pasado esta última semana presa de una gran excitación, la misma de cada vez que voy a pescar a un coto en donde nunca lo había hecho antes; en este caso en el de los tres que corresponden a los dominios de la SPE de Cardona en la cuenca del Cardener, y que las autoridades han bautizado como “Cardener y Aiguadora”, pero que los pescadores más veteranos conocen más comunmente como el “Coto del Pont de Buida-Sacs”.

Incluso, en mi ilusión por preparar a fondo la jornada “de estreno”, había consultado varias veces, en los pocos ratos libres que me dejan mis obligaciones laborales y familiares, esa maravillosa herramienta llamada Google Maps, para localizar las mejores localizaciones para acceder al rio con el coche a través de imágenes tomadas por satélite.

Sin embargo, toda esta ilusión, esta excitación casi infantil, se ha desvanecido de golpe cuando a las dos horas y poco de empezar a pescar, he tenido un serio percance: en una mala maniobra de vadeo, me he dado un nuevo chapuzón fluvial, y esta vez de los serios, de los de inmersión hasta el nivel del pecho, con empapada total de ropa, incluída la que llevaba debajo del wader, y lo que es peor: mi pequeña cámara de fotos echada a perder, y un tremendo golpe en mi dedo meñique izquierdo, que ahora mismo tengo hinchado como una morcilla, con las consecuentes molestias a la hora de teclear este artículo. Con todo, y pese al deterioro de mi modesta cámara de fotos de campaña, me puedo considerar afortunado de no haber perdido ninguna de las cajas de moscas que llevo en el chaleco, en donde se acumulan muchas horas de trabajo, y de dejarme la vista y la espalada ante el torno.

Los que me conocen bien, saben que no suelo tirar la toalla tan pronto como a las doce menos cuarto de la mañana en una jornada de pesca, y menos aún en un dia soleado y primaveral, con muchas horas por delante para seguir pescando. Así que una vez rehecho del susto, he vuelto al coche, me he cambiado de ropa (por suerte, y dadas las malas y reiteradas experiencias de inmersiones fluviales a lo largo de los tiempos, siempre llevo una muda completa de recambio) y he seguido pescando. Eso si, cruzando los dedos de que no se diese de nuevo el percance de un remojón, pues entonces si que tendría que acabar la jornada y volver a casa con la ropa mojada.

De que la cosa no iba a ser fácil, y que me esperaba una jornada más bien aciaga, ya me dí cuenta de buena mañana en Súria, en donde paré a tomar un desayuno rápido. El rio bajaba con bastante fuerza, más de la que había esperado. Al pasar por Malagarriga: lo mismo. Sin embargo, en una parada por curiosidad en el puente de Navès ¡Oh cielos! El rio ya no existe: sólo bajan unos hilillos de agua entre el seco predregal. ¿Qué ha pasado?¿Cuál es el Poltergeist? Pues nada más nin nada menos que los Canales, y que este rio aparece y desaparece, cual Guadiana, según la avidez de la tubería de turno.

Al final, decidí comenzar a pescar desde la confluencia del Riu Negre, un pequeño afluente, hacia arriba, pasando por detrás de la gravera y con la intención de llegar, tarde o temprano, al puente de Canet, en donde comienza el coto Carderner-1, o sea, el sin muerte, zona de pesca controlada en donde si he pescado con anterioridad, pero de eso hará unos cuantos años.

Sin llegar a los extremos del fuerte correntón que bajaba por Suria o por Malagarriga, el rio bajaba, en las cercanías de Clariana de Cardener, con alegría y ligeramente altito. Sin embargo, el agua muy limpia, daba la impresión de que bajaba con menos caudal del que en realidad bajaba.

Al poco de empezar, vino a verme el guardia del coto, un señor mayor muy amable, con el que estuve conversando un rato, y me estuvo informando un poco sobre esta zona de pesca, acerca de los mejores accesos, y de la presencia de truchas en la misma . Curiosamente, a este señor, tuve ocasión de verle hasta dos veces más a lo largo de la jornada, prueba de que está por la labor, y además, más adelante se presentaron los Agents Rurals, que también me pidieron la documentación. Esta presencia de la autoridad, a pie de rio, fue quizás una de las cosas más positivas del dia. A ver si es verdad que el nuevo gobierno se toma en serio lo de la vigilancia, y terminamos de una vez con la plaga del furtivismo.

En las primeras dos horas, aparte de la ausencia de picadas, lo más destacado fue cuán engañoso es el Cardener, pues me encontré con el mismo problema que la última vez que estuve en el sin muerte, hace unos tres años atrás, creo recordar: uno cree, al mirar de lejos, que el paso por el rio es franco, cuando descubre que una de esas alfombras verdes que hay en una, o en las dos orillas, o formando un isla central en el cauce, son en realidad grandes acumulaciones de barro, colonizado por algas, y en las que te quedas atrapado en medio de una burbuja enganchosa y pestilente. Esta acumulación de cieno, y también un fondo de rio de una grava muy descompuesta e inestable, me frenaron en muchas ocasiones el avance, dificultaron mi acción de pesca, y me obligaron a ir dando rodeos fuera del rio.

Hasta el momento de la caída al rio, había transcurrido casi dos horas sin ver ni una picada ¡ni una! Pero ya sabía, tras la conversación con el guardia, que no iba a ser fácil. En el coto hay truchas, pero la mayoría son del mismo rio, y a principios de la temporada asoman muy poco el hocico. Curiosamente, tal y como me contó el vigilante, la semana pasada la apertura del coto coincidió, todo y el continuo chaparrón, con un concurso de lance ligero, y entre veinticinco concursantes se pescaron...siete truchas.

Tras cambiarme de ropa, y viendo que el paso por el rio más delante de la pequeña estación de bombeo que hay detrás de la gravera me volvería a dar problemas, resolví cambiar de estrategia, y fui andando hasta el Pont de Buida-Sacs, con la intención de subir hasta el coche pescando todo ese tramo del rio.

Pese a la bonanaza de un dia, que por momentos parecía de una primavera avanzada, más que del último fin de semana del invierno, y pese a la muy buena y continuada eclosión de una efémera gris blanquecina (pardón de marzo), las truchas no dieron en ningún momento la cara por arriba, y tampoco continuaron dándola por debajo.

Tras el final de la larga segunda manga de pesca del dia, y mientras me tomaba un refresco, opté por llevar el coche al Pont de Buida-Sacs (precioso por cierto, ¡que lástima que se haya estropeado la cámara!), y bajar un poco para ir remontando el rio hasta reencontrarme con el coche.

La tarde transcurría apacible. Daba mucho gusto tomar el sol y disfrutar de un gran momento de paz... pero los peces segían sin dar muestras de vida, y estaba más que claro que me iba a llevar el primer bolo de la temporada. Sin embargo, y cuando ya estaba a la vista del puente, recibí la picada de una trucha, que me batalló duró y rápido, y que hubiese terminado en el salabre sino fuera que... la linea se destensó al tropezar la puntera de la caña en la ramas de un árbol. ¡Vaya cabronada! No obstante, mira por donde, resulta que hasta hay truchas en este coto.

Eran cerca de las cinco de la tarde, pero suponiendo que podría haber llegado algún momento de actividad, me dí una prórroga de media hora para tocar selectivamente algunos “puntos supuestamente calientes” que había identificado en mi ronda anterior.

Y esta vez, rozando el larguero, el bolo se evitó muy cerca del pitido del fin de partido.

En una pocita, justo en la entrada de la corriente a la misma, picó la segunda trucha, y esta vez tuve la suerte de ensalabrarla. El “tiburón” haría sus buenos 25 cms. Trucha preciosa, con una librea muy plateada, y con pocas pintas. Muy parecida a las autóctonas del otro gran rio de la Catalunya Central: el Llobregat.

Lejos de sentir la euforia de haber evitado el bolo, esta captura me hizo ver cuan mal había pescado a lo largo de toda la jornada. Seguramente, hubiese podido tocar más escama, o por lo menos, revolcar algún que otro pez que otro más, si no hubiese cometido el siguiente y reiterativo error: he pescado demasiado tiempo (80% del total de la jornada), haciéndolo a tándem, engañado con la falsa ilusión de que el rio “iba bajito”, cuando en realidad, y sobre todo en la parte central del cauce, había más profundidad de la que parecía, y que sin embargo, no he apreciado debido a un efecto óptico: con el agua tan clara, el fondo parece más cercano de lo que está en realidad. Por tanto, la pequeña ninfa del tándem ha estado las más de las veces lejos de donde posiblemente estarían las truchas, o sea, pegadas a las piedras del fondo. La prueba, es que tan pronto como he pasado a pescar con ninfas más pesadas, aún a riesgo de enroques y pérdidas de material, he empezado a tener picadas. Esta visto que, el espejismo de la profundidad del rio no ha sido el único del dia. El otro y más grave, ha sido el de pensar con un “chip” de pesca de verano, en un dia realmente de invierno, pues pese al sol caluroso de primavera, el agua está muy fria todavía, y la trucha, y más si es nativa del rio, sabe muy bien en que época del año se encuentra. La prueba: pese a la profusión de comida disponible en la lámina superior del agua, sigue prefieriendo tomar por debajo de la misma aquello que se le ponga a corta distancia de su boca, para gastar menos energía en el esfuerzo.

De vuelta a Súria, y tras el esfuerzo y el sinsabor de un “semibolo”, me he soprendido a mi mismo en un estado de gran euforia y sana alegría. Ha sido un dia de auténtica aventura, un dia de paz y tranquilidad en el rio, y esto me ha hecho acordarme de ese gran pescador que es mi amigo Víctor Lázaro, que hace tiempo me dijo que “el dia que la captura de peces deje de ser lo más importante para ti, ese dia comenzarás a disfrutar del rio y de la pesca”. Parece ser, maestro, que ese momento está llegando

TEMPORADA 2.010 - 2.011 - Nº 19

Sábado, 19 de Marzo de 2010

TEMPORADA DE SALMÓNIDOS 2.011 Nº 2

Coto Cardener y Aiguadora

Rios Cardener y Aigua d´Ora

(pesca solo en el Cardener en esta jornada)

Capturas: 1 trucha fario a ninfa

Pescador: Ferran RUBINSTEIN

Climatología: soleado y caluroso.

Hora de inicio de la jornada: 09,45 h.

Hora finalización jornada: 17,15 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Concierto para violín y orquesta nº 2 “En estilo húngaro”

Joseph Joachim

“Andante” (Op. 69 – Nº 2)

Giuseppe Martucci

“Cortejo Solemne”, Op. 50

“Cortejo Solemne”, Op. 91

Alexander Glazunov

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 5

Sinfonía nº 8

Alexander Glazunov


Lineas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

sábado, 12 de marzo de 2011

JP-559. COTO DEL PEDRET.



JORNADA DE PESCA Nº 559


La Temporada de Salmónidos 2.011 ya está aquí, y ha comenzado justamente en un dia de “llevantada”, o sea de intenso temporal de levante, en el que han llegado a caer más de 200 l/m2 en algunos puntos del sur de país, el mar ha levantado muros de olas de más de dos metros en la Costa Brava, y la nieve ha obligado a cortar carreteras, tanto de la red principal, como de la secundaria.

Hace siete años atrás, en un sábado tan parecido en lo desapacible, mi sobrino Edu y yo íbamos camino de Pedret, tristes, apenados y furiosos, por la matanza de Atocha, el peor atentado terrorista de la historia de España. Hoy, en un sábado de inauguración de temporada aún más tempestuoso, he vuelto a Pedret horrorizado por el terrible terremoto seguido de tsunami que ha arrasado el noreste de Japón. A fecha de hoy, mi sobrino vive y trabaja en Lima (Perú), y hasta allí, al otro lado del Pacífico, se esperaba se dejase sentir el efecto del tsunami, que –por fortuna- ha llegado muy amortiguado sin causar apenas daños.

¡Cuán estúpida es a menudo la naturaleza humana!¡Cuán caro hemos de pagar nuestra ignorancia y nuestra soberbia!. Nos pasamos la vida enredados en luchas, creando imperios, esclavizando a nuestros semejantes, oprimiendo al prójimo, intentando imponer nuestra voluntad a costa de guerras, atentados, constituciones y decretos, y basta un simple estornudo de este planeta en el que vivimos de prestado, al que más de algún necio cree domesticado, sometido e incluso en vías de extinción, para que se desate un nuevo Apocalipsis, un nuevo Aceh, un nuevo Katrina, y nos demuestre lo poco que somos, y de lo muy poco que valen nuestras filosofías y verdades, cuando se desata el terrible poder de la naturaleza; máxime cuando –como bien decía Nietzsche- esta no tiene opinión sobre nosotros, y no entiende de sentimientos, tragedias, dioses o patrias.

En fin, volvamos al objetivo de esta crónica, que no es otro que narrar una jornada de pesca, aunque tomemos antes buena nota de los peligros que conlleva para el hombre jugar a ser Dios: un terremoto igual sacude un barrio de barracas que una central nuclear, pero en el segundo caso, las consecuencias de un nuevo Chernobyl pueden ser letales para millones de personas, y para las siguientes generaciones.

Sábado, de lluvia de principio a fin. Ha tocado conducir con precaución y con el limpiaparabrisas sin parar, tanto a la ida como a la vuelta, con el consabido dolor de cabeza que eso ocasiona.

En dias así, en los pocos sitios en donde el rio puede bajar manso y medianamente limpio, es en Pedret, justo debajo de la presa de La Baells. Así que, todo y que no estaba previsto en un principio, para un evento tan magno como la apertura, he tenido que hacer de tripas corazón, y dedicarle este primer dia de la presente temporada a este intensivo, que otrora capitalizara durante años mis jornadas de apertura.

Además, en Pedret, concretamente junto al Puente Románico, hay una caseta de pescadores, abierta siempre durante la temporada de ocho de la mañana a siete de la tarde, que te permite cambiarte de ropa sin tener que remojarte. Hay además mesas y bancos y una chimenea.

Al llegar a la caseta, sólo habían tres pescadores, que fueron los únicos que ví en todo el dia. Dos de ellos estaban desayunando, tras haber pescado un rato, y otro había pescado y ya se iba, y eso que sólo eran las nueve y poco de la mañana. Fueron ellos los que me informaron de que habían hecho unas pocas capturas en las cercanías del Puente, por lo que deduje que la magra repoblación semanal (100 Kgs.), se había hecho sólo en la parte alta del coto, y por lo tanto decidí quedarme a pescar en ese sector del coto.

A partir de aquí, ha tocado resistir unas cuantas horas bajo la lluvia, sabedor de que por bien pertrechado que vaya, la continuada columna de agua terminará empapando el chubasquero, y mojando la gruesa capa del forro polar de abajo. Por bueno que sea un chubasquero, no es lo mismo aguantar un chaparrón puntual, o ponértelo de emergencia la última horita de la jornada, que resistir –como lo he hecho hoy, y otras tántas veces a lo largo de los tiempos- entre seis y ocho horas pescando bajo la lluvia. Por suerte, siempe llevo una buena provisión de ropa de recambio en el coche.

Inicialmente, caía una lluvia bastante moderada sobre El Berguedà, todo y que de camino, sobre todo antes de Manresa, había conducido bajo un buen chaparrón. Supongo que por eso, el rio bajaba aún limpio, y con un confortable caudal similar al de hace dos semanas.

Por eso, fui pescando de abajo a arriba la parte alta del coto, desde el lago que hay justo debajo del Puente Románico, y en donde tuve la primera captura al poco de empezar, hasta la pasarela que hay justo donde había habido un viejo puente, hoy derruido, del antiguo ferrocarril.

Para gran sorpresa, trabajando bajo la lluvia, estaban los Agentes Rurales, a los que me presenté voluntariamente, en viendo su coche desde lejos, para mostrarles mi documentación. A ver si es verdad que este año vigilan más, aunque esto de aparecer en cotos emblemáticos sobre todo el “day one” de la temporada, del que se ha hablado incluso en periódicos (lo he leído en la prensa esta mañana, mientras desayunaba en Gironella), es otro de los “grandes clásicos” de las liturgias del dia de apertura.

Poco voy a hablar de las truchas capturadas, cuatro en total, pues fueron arco-iris de repoblación. Como mucho, una de casi cuarenta centímetros me hizo tener la ilusión de haber trabado un ejemplar asilvestrado, pero en viendo su casi ausencia de aletas, me confirmaron la pertenencia a la especie “gallinorum repopulatus”.

Quizás fue más interesante el capítulo de los peces que se me escaparon: la picada brutal de “algo” que me saco casi diez metros de linea rio abajo, para luego destensarla subiendo rio arriba, venir hacia mi, y soltarse cerca de la orilla, sin haber llegado en ningún momento a saber si “eso” era fario, arco-iris o submarino nuclear en miniatura. O también, la trucha que picó hasta tres veces seguidas corriente abajo, en tres lances sucesivos: primero ¡al señalizador de picada de color naranja!, después a la “pompom”, y finalmente a la ninfa marron con bufanda naranja, sin que en ninguna de las tres veces consiguiera clavarla. Aparte de eso, tuve un par más de picadas rápidas, de peces que ni siquiera llegué a darles el consabido revolcón.

A primera hora de la tarde, volví a la caseta de pescadores (toda para mi, pues no había nadie), para descansar un rato a cubierto y tomar un refresco. Desde allí, me apercibí de que el torrente que pasa a pocos metros de la caseta, bajaba ya muy crecido, y su flujo marrón estaba ensuciando el rio aguas abajo del lago. Por eso, en la “manga de la tarde”, ya ni me planteé ir a hacer posturas rio abajo, y volví al mismo recorrido que durante la mañana.

El hecho de que el rio, del puente hacia arriba no se ensuciase, ni se llega a chocolatear nunca, se debe a que en ese tramo, y hasta la presa, el mismo discurre por un terreno completamente rocoso, de una roca sedimentaria de conglomerado (similar a la de la montaña de Montserrat, o del Massís de La Mola), y que los torrentes apenas arrastran arcilla cuando llueve, por más fuerte que lo haga.

En definitiva, uno de los peores dias de apertura que recuerde en materia meteorológica, aunque en lo que se refiere a capturas, y sabiendo siempre lo que de tacañas en esta materia son las jornada inaugurales, unido a lo desapacible del dia, me puedo dar por muy satisfecho.

Mientras me cambiaba y ponía un poco de orden al caos de mis pertenencias desparramadas por la caseta, vino mi amigo el guarda honorífico del Pedret, Sr. Josep Canturri, y estuvimos largo rato hablando... de política, pues a Josep, como todos los buenos guardas que he conocido –y quizás por eso lo son- le interesa bien poco eso de la pesca.

Más tarde, mientras me compraba los pasteles de la merienda, también tuve una interesante conversación con mis amigos de la Pastisseria El Globus, de Gironella, en este caso de historia.

Esta visto, que las tardes de lluvia, desatan el deseo de conversar, y si es con dulces de por medio, aún mejor.

Una nueva temporada acaba de comenzar. Espero que disfrutemos mucho, pero también que tengamos en cuenta, que nos espera más de algún remojón, y también, admitámoslo de antemano, por poco que nos guste la perspectiva, algún bolo que otro.


TEMPORADA 2.010 - 2.011 - Nº 19


Sábado, 12 de Marzo de 2010

TEMPORADA DE SALMÓNIDOS 2.011 Nº 1

Coto del Pedret

Rio Llobregat

Capturas: 4 truchas arco-iris a ninfa

Pescador: Ferran RUBINSTEIN

Climatología: lluvia continuada, de moderada a intensa. Templado.

Hora de inicio de la jornada: 10,15 h.

Hora finalización jornada: 16,00 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 6

“Una Fiesta Eslava”

Alexander Glazunov



Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 2

Robert Füchs

Obertura MacBeth

Joachim Raff



Lineas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

jueves, 10 de marzo de 2011

ORDEN DE VEDAS 2.011 - COMUNITAT AUTONOMA DE CATALUNYA.





Adjunto un link, que también encontrareis en el apartado de links de interés de este blog, sobre la Resolución AAM/637/2011 del 4 de marzo del año en curso, también conocida como "Orden de Vedas", de la Generalitat de Catalunya.

Recordad que las medidas aprobadas mediante esta resolución son de OBLIGADO CUMPLIMIENTO.



http://www.gencat.cat/eadop/imatges/5835/11063019.pdf

domingo, 6 de marzo de 2011

JP-558. COTO DE PONTS-TORREBLANCA.





JORNADA DE PESCA Nº 558



Llegó el Carnaval, este año y de un modo poco usual, con marzo ya comenzado, y este primer sábado de mes no pude ir a pescar, pues tuve que llevar a la familia a presenciar la modesta, pero no menos divertida, Rua de Carnaval del distrito de Sants-Montjuïc en Barcelona.


Estaba visto que ya no pensaba tocar la caña hasta que el próximo sábado comience la nueva Temporada de Salmónidos 2.011, pues hoy tenía que haber ido con la señora y la niña a una excursión familiar al Pantano de Sant Ponç.


Sin embargo, y dado que el Lunes es festivo en Barcelona, mi mujer decidió a última hora cambiar la fecha de la excursión, y hacerla el lunes, por lo que de un modo inesperado, me he encontrado una jornada de pesca con la que no contaba, aunque sea en un dia tan inusual para mi como un domingo.


Como no, y para seguir la tradición de otros años, esa de que la apertura del intensivo de Ponts constituye algo así como un “aperitivo”, o una “jornada prólogo” de la temporada, me he decidido a visitar ese coto, también muy denostado por puristas, vacas sagradas y primadonnas diversas de este arte de la pesca con mosca, pero que a mi me ha deparado jornadas muy gratas y divertidas.


Al principio, podía tener algo de reparo, como manifesté en “Conmosca” la semana pasada, pues temía un overbooking total. Sin embargo, por lo que me contaron en la tienda de pesca “Can Basté”, de Ponts, en donde entré a saludar al personal y ha hacer un poco de tertulia antes de comenzar a pescar, se ve que el sistema sólo expide cuarenta tickets por internet. Ni uno más, ni uno menos, y que de momento, y hasta quizás el mes de mayo, no habrá la posibilidad de sacarse tickets manuales para ese coto, tal y como podía hacerse el año pasado.


Al llegar a Ponts, las calles estaban aún nevadas, pero de confetti de colorines, testimonio de la farra carnavalera de la noche anterior.


Tras la tertulia en “Can Basté”, y el café de rigor en un bar cercano, por fin llegué al rio, y me encontré con la sorpresa de que iba bastante alegre de agua. No era el Amazonas, pero si que bajaba un buen correntón, de esos que hacen fondearse a las truchas bien abajo, y que raramente permiten pescar a seca. Suerte que en esta ocasión no venía mi amigo Francesc, que si no hubiera sido capaz de pedir que nos largásemos a Oliana, o a donde fuere que el rio bajase más propicio para pescar a seca.


Por mi parte, y aparte de que hubiese preferido un rio con un poco menos de caudal, ningún problema: ninfas tungstenizadas, y a pescar los blandos de mi propia orilla, tal y como hice ya la última vez que estuve pescando en Ponts, y como podeis leer en el parte de pesca de la Jornada nº 542.


Pese al buen tiro de corriente, si las ninfas profundizan, y si hay truchas, tarde o temprano acaban tensando alguna linea. Y así fué, todo y el esfuerzo de lanzar mucho, y muy largo, para prospectar la mayor superficie de agua, y que las ninfas bajasen allí donde la trucha está.


Sin embargo, el esfuerzo mayor, es el de tener que meterte hasta la cintura en un agua que está muy, pero que muy fria, con el objetivo sobre todo de optimizar las derivas de las ninfas rio abajo. Por suerte, el sacrificio valió la pena, pues de las siete truchas capturadas ayer, cuatro lo fueron “a la française”, o sea, derivando los artificiales aguas abajo.


A destacar también, que la triunfadora de la jornada ha sido una ninfa de ice dub color rosa, con brinca de alambre rojo. Prueba inequívoca de que en el rio debe haber una buena población de gammarus, y que a ello se han acostumbrado las farios residentes, al igual que la graciosa farieta que tuve la ocasión, y la sorpresa, de capturar y soltar ayer. Las demás truchas, por supuesto, arco-iris de repoblación, aunque un par de ellas se acercaban a los cuarenta centímetros y tenían las aletas bastante bien desarrolladas.


A las cuatro y cuarto de la tarde, y no sintiendo ya las piernas de tan gélido y permanente jacuzzi fluvial, dí por finalizada esta inesperada, y no por ello menos grata jornada pesca.


De vuelta al coche, en una tarde de engañosa primavera, de esas de sol que calienta, pero sin golondrinas revoloteando y con los árboles aún sin hojas, poca gente quedaba pescando. De hecho, y como suele sucerder, la masificiación es cuestión de mañanas. Pasadas las dos de la tarde, el rio queda a disposición de aquellos que sacrificamos el comer por el pescar por un dia. Es la hora en que el Orco vuelve a Mordor, y el Elfo paciente se encuentra un rio que ha recuperado la tranquilidad, y en el que, contra todos lo pronósticos, suele saltar la sorpresa.


Mañana, excursión familiar: picnic, tortilla de patatas, y a recordar viejos tiempos de pesca de depredarores con spinning en Sant Ponç. Toda una carga de pilas, para aguantar ese infumable invento, y nueva vuelta de tuerca a los sufridos padres de familia, que se llama “Semana Blanca”, un engendro curiosamente perpetrado por un gobierno que, pese a la etiqueta de ser izquierdista y progresista, pensaba (y lo digo en pasado, afortunadamente) que todos tenemos el capital suficiente como para enviar al niño o a la niña a esquiar una semana... y más ahora, en tiempo de crisis, y con la que nos está cayendo encima.

TEMPORADA 2.010 - 2.011 - Nº 17

Domingo, 6 de Marzo de 2.011



TEMPORADA COTOS INTENSIVOS DE SALMÓNIDOS 10-11 Nº 17



Coto de Ponts-Torreblanca


Rio Segre


Capturas: 6 truchas arco-iris a ninfa y 1 trucha fario a ninfa


Pescador: Ferran RUBINSTEIN



Climatología: soleado y templado.



Hora de inicio de la jornada: 10,15 h.



Hora finalización jornada: 16,15 h.



La música de hoy:



Viaje de ida:



Sinfonía nº 2


Vasily S. Kalinnikov



Rapsodia para violín y orquesta nº 1


Rapsodia para violín y orquesta nº 2


Béla Bartók



Viaje de vuelta:



Concierto para violín y orquesta nº 1


Joachim Raff



Sonata para piano nº 2


Sonata para piano nº 3


Anton Rubinstein




Lineas Tensas!



Ferran RUBINSTEIN.

miércoles, 2 de marzo de 2011

GALERÍA DE FOTOS. MÁS FOTOS DE LAS QUE NUNCA VERÉIS EN OTROS BLOGS DE PESCA A MOSCA.





Foto 1 (superior):
Primera hora de la tarde, y tras una mañana de sol radiante y calor africano, se está empezando a cubrir el cielo, y ya se oye retumbar el trueno en la lejanía. Poco después de tomar esta instantánea, el horizonte se coloreó de un morado intenso por el que cruzaban esporádicamente vistosos relámpagos.
¡Menuda se avecina! Fiel a las experiencias y estadísticas de tardes así en el Ripollès, pues como veis estaba pescando en Campdevànol, la voz de la cordura te dice "venga Ferran, recoge ya, que la mañana no ha sido tan mala, que incluso te lo has pasado bien a seca. No seas cenutrio, y no te la juegues atrayendo un rayo con ese pararrayos de caña que llevas en la mano. Que si recoges ahora, incluso puedes hacerlo en seco, y no terminar duchándote vestido como hace un par de semanas atras...".
Sin embargo, como toda respuesta a mi voz interior sólo pude decir "Baaaaaaaahhhhhhhh". Y continué pèscando, como si tal cosa. "Total, si llueve mucho me pondré bajo el puente, y si baja una riada, procuraré pescar cerca de la orilla para salir echando leches".
Contra todo pronóstico, este preámbulo de tormenta terminó en algo parecido al "parto de los montes" y, al final, apenas si cayeron cuatro gotas, acompañadas, eso si, de un retumbar de truenos que parecía el preludio del Apocalipsis, y en un par de horas, volvió a lucir el sol en una bonancible, y también calurosa, tarde de verano. Por no haber, este simulacro de tormenta no había ni refrecado el ambiente.
Ese fué el momento para irse a la pastelería de Can Nasiet, a merendar la consabida "boina", y otro pastel más, pues a la que salió el sol, dió la impresión de que las truchas se habían esfumado del rio, mientras que, por el contrario y un tan sólo un rato antes, parecían haberse vuelto a locas, subiendo a todo bicho que bajase corriente abajo, mientras duró el interludio tormentoso.
Cosas curiosas de la pesca. Por cierto, yo nunca he sido mucho de tapas...

Foto 2 (la de enmedio):
El viejo apeadero lleva tántas décadas abandonado, que hasta han crecido árboles en su interior. Cuesta incluso de creer, que la carretera que hoy discurre por delante, fuera antaño una via de tren, por la que silbaba alegre y traqueteaba vigorosa, remontando la dura pendiente de este paraje de montaña, una locomotora de vapor.
Aún más, y a la vista del estado de ruina y suciedad en que se encuentra a dia de hoy , cuesta creer que bulliera en este sitio la animada vida propia de una estación, aunque en las fotos de color sepia, que vi en un museo comarcal, pude comprobar que era punto frecuente de encuentro de la comunidad de vecinos de estos valles, en un tiempo en que tener un automóvil era privilegio reservado sólo a los más ricos.
Una de las fotos, me llamó poderosamente la atención. Hecha por un fotógrafo anónimo, seguramente un vecino de la comarca, la misma tenía ese encanto de gran obra de arte, que muchos hemos admirado en Miralles, Capa, y otros grandes fotógrafos.
En la imagen, una máquina suelta una nube de vapor, mientras reposta agua en el depósito de la estación. Unas campesinas, se afanan a subir al tren, cargadas con unas jaulas de gallinas. Casi envueltos en la nube de vapor, una pareja, un soldado con un uniforme que sólo he visto en películas de guerra en blanco y negro, y una chica joven, se dan un apasionado beso en la boca. Junto a la pared, debajo del reloj, llama la atención un bulto, de vaga apariencia humanoide, pero que bien mirado bien podría ser una estiba de sacos de patatas. Claro que estos sacos, bien que tienen muchos huecos y muchos bultos, y ya es bien curioso que unos cuantos de ellos recuerden una cara deformada en una horrible mueca.
Muchas tardes, especialmente del soleado verano, paso por delante del viejo apeadero, paseando tranquilamente tras una jornada de pesca a mosca en el rio que discurre por detrás del mismo, justo al fondo de un pequeño barranco. Pese a lo sucio y asqueroso que está el apeadero, sigue lleno de botellas y preservativos usados, testimonio de que su sala de espera sigue siendo punto obligado de celebración de los botellones de la juventud de la comarca.
Sin embargo, siempre que vuelvo de pescar, tras el sereno, a la hora del crepúsculo, o caída ya la noche, procuro evitar pasar por delante del viejo apeadero, aunque para ello tenga que dar un rodeo por el sendero del bosque, linterna en mano. No fuera que, al igual que aquella vez que se cerro la niebla, mi mente fuera perturbada durante largo tiempo por una horrible visión como la que tuve aquel anochecer, en que a maldita hora se me ocurrió girar la cabeza para mirar esas ruinas.
De la niebla, emanaba una luz plateada, y en lo que antaño fuera el andén, una muchacha jóven lloraba sin consuelo, mirando hacia las vias, quizás esperando el tren que le traería a un soldado que partió a una guerra muy lejana. Detrás suyo, la pila de bultos de patatas, devino en un bulto definitivamente marrón y humanoide, con unos ojos rojos de ira de amante despechado, y una boca desmesurada, con unos colmillos que nada tenían de humano. Lo que pretendidamente podía ser su mano, sujetaba un cuchillo de larga hoja serpentiforme, un arma de pesadilla, pronta a segar vidas y arrebatar almas, para llevarlas a un eterno viaje sin retorno, como el del último tren que pasó por esa estación.

Foto nº 3 (la de abajo):
Otra más, para añadir al catálogo de caras de tonto que se te quedan cuando, nuevamente, y por enésima vez, se te escurre de las manos esa preciosa trucha fario, de tan bella y colorida librea, con la que te ibas a fotografiar, y de la que ibas a vacilar a tus amigos de foros y blogs.
Lo peor de todo, es que una vez desanzuelada, tuve la precaución de volver a poner al bicho de nuevo en la sacadera, y a mantener esta dentro del agua, mientras, haciendo equilibrios, molestaba a un señor que pescaba a cucharilla a poca distancia de mi, con el consabido "Oiga señor, ¿le importaría hacerme una fotografía?", y en esta ocasión a voz en grito.
Tras obligar al pobre hombre a dejar de pescar, y a desplazarse hasta mi posición, y tras otra buena sesión de equilibrios para pasarle la cámara, y procurando que esta no cayera al rio (como ha pasado otras veces, tal y como podreis suponer), me dispongo a sacar del salabre a la trucha, cuando...¡voto a brios!, esta se me escurre y tras caer al agua emprende veloz carrera corriente abajo, todo y mientras el señor de la cucharilla, aún estaba ajustando el zoom de la cámara, mientras preguntaba aquello tan repetido de "te saco entero, o sólo por la mitad". Por suerte, evito troncharse de risa en el sitio. Quizás se reservaba la carcajada para más tarde, o quizás no estaba de humor ese dia, bien sea por no haber hecho el amor la noche anterior, o por la mala clasificación de su equipo de fútbol favorito en la tabla.
Todo y así el hombre no pudo reprimir el apretar el botón, y me pilló en esa típica expresión de pardillo feliz, que sabe que ha perdido la ocasión de hacerse una buena "foto trofeo", pero que como la jornada está yendo bien, quizás tenga una segunda oportunidad dentro de un rato.