"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

sábado, 27 de agosto de 2011

JP-579. COTO GUARDIOLA DE BERGUEDÀ-1. Sábado 27/08/2011.



































JORNADA DE PESCA Nº 579


Último dia de pesca, por lo que a mi respecta, de esta temporada en Guardiola de Berguedà, y me temo también que de temporada oficial tradicional, pues a partir del miércoles, precisamente el dia de mi cumpleaños, la misma termina en baja montaña, y sólo nos quedará un mes de prórroga estrictamente sin muerte.
Como colofón a esta temporada, tan irregular y en ocasiones tan complicada, sobre todo por las condiciones climatológicas de la pasada primavera, un dia espectacular de pesca en el modesto Bastareny, que me ha regalado la mejor pescata hasta el momento en el Coto de Guardiola de Berguedà-1: 38 truchas, nada más y nada menos.
¡Al loro! Que el Bastareny, o por lo menos la parte de él que queda dentro del coto tradicional de Guardiola de Berguedà, está infestado de truchas arco-iris, algo que contraviene lo que son las directrices de repoblación de la Conselleria de Medi Ambient, pero que están allí, para desesperación de puristas y deleite de pescadores sin más pretensión que pasárselo bien.
El dia, ha sido soleado, pero sin embargo fresco, lo que ha hecho muy soportable la larga jornada de pesca, muy a diferencia de la sofocante jornada del martes pasado, en este mismo coto, pero en el rio Llobregat.
La captura de tres truchas fario palmeras, con la microninfa del tándem –esa naranjita oscura a la que soy tan fiel- ya me ha advertido de que los peces no iban a estar hoy precisamente aletargados.
Para sorpresa mia, al llegar a la primera de las pozas, me ha sorpendido la picada en forma de fuerte tirón de un pez plateado que ha presentado una muy noble batalla pese a no ser nada del otro jueves por lo que respecta al tamaño: era un arco-iris pequeña, de justo la talla legal. Para mayor sorpesa mia, he ido sacando de la misma poza, una tras otra nueve de estos peces seguidos.
Al entrar de nuevo en zona de corrientes, las irisadas se esfumaron, y fui sacando, siempre con la ninfa, unas cuantas truchas fario palmeras más.
Llegado a la siguiente poza, las tornas se invirtieron, y volvieron las picadas y clavadas de pequeñas truchas arco-iris, que curiosamente tenían las aletas mucho mejor fromadas que muchas de las fario que saqué a lo largo del dia, y que evidenciaban su origen “cubano” (de cuba de peces, claro).
Bajo unos arboles, en postura de alto riesgo para el aparejo, capturé mi primera y única arco-iris a seca. Luego la seca tendría más protagonismo durante la tarde, y capturaría las farios más grandes. De momento, esta primera captura a seca fue con el tricóptero “punky” de Marc Vande Vliet.
Entre la una y las dos, estaba muy entretenido sacando pequeñas farios a ninfa, casi a vista, e incluso alguna más a seca, cuando ¡Oh sorpresa! Oigo un fuerte chapoteo, y voces rio arriba, y para mi sorpesa y estupor me encuentro a una familia, compuesta de papá, mamá y niño, ataviados con bañador y descalzos, bajando andando por medio del rio. ¿Será esto una nueva actividad deportiva? ¿O más bien es la versión garrula y económica del descenso de barrancos?.
Por lo que me dijeron, venían desde las barbacoas andando rio abajo, eso es a unos 200 metros más arriba de donde yo estaba, por lo que ya me imagine que me habrían revuelto el gallinero por un buen rato. El señor trataba de ser simpático, y le hacía señas de silencio al niño, diciéndo “shhhhhttttt, que los peces no pican si se hace ruido”. La criatura, ponía cara de estar pasando un frio en los pies (descalzos, al igual que los de sus papás, tal y como pude comprobar) de mil pares de cAjones, y la señora... para más tocada de narices ni siquiera estaba de buen ver.
Espero que no se ponga de moda esta curiosa actividad. A lo mejor se trata de una nueva práctica para el endurecimiento de pies, y que te queden tan duros y resistentes como los de Frodo Bolsón y otros hobbits. Sinceramente, tampoco me enfadé: había rio de sobras, y muchas horas por delante.
Obvié pescar el tramo pisado por la familia Garrulovich, a quien otros familiares esperaban en el camino, riéndoles las gracias de tan curiosa aventura, y me fui directo a las barbacoas, en donde había una buena cantidad de domingueros sabatinos, pero afortunadamente nadie bañándose en el rio, y los niños entretenidos jugando a fútbol en vez de andar apedreando el rio.
A partir de las barbacoas, comenzó lo bueno. Hasta ese momento, y aparte de las peleonas arco-iris, todo se reducía a morralla: un seguicio de farios palmeras y poco más.
De las barbacoas, y rio arriba hasta el final del coto, comencé a capturar ya farios más grandes, y bastantes menos arco-iris, las cuales seguían sin dar nunca la cara fuera de las pozas. Un accidente en forma de enganchada en rama de árbol, me hizo perder el tricóptero punky, que tuvo que ser sustituido por un “marciano”, con patas de goma, y que fue el protagonista de las capturas a seca, al capturar gracias al mismo dos farios de muy buen tañano.
El fin de la jornada, en la recta final de la última hora, fue sencillamente divertidísimo pescano a mosca ortodoxa, y capturando unas cuantas farios más tanto con una eférmera oliva en hackle, como con la tan socorrida efémera “Alfarraseña” de CDC.
Antes de concluír este parte de pesca, en un dia tan divertido, y que terminó como podéis suponer visitando la pastelería de mi amiga Ramona en Gironella, una pequeña reflexión sobre las farios de este coto: tampoco nos vayamos a rasgar las vestiduras por la presencia de truchas arco-iris en el mismo. Al fin y al cabo, de las 26 farios de esta jornada, ni una era nacida en el rio, o sea no tuve ne mis manos ni una de las típicas truchas plateadas y de pocas pintas que eram las autóctonas de la cuenca alta del Llobregat. Realmente, quedé hasta sorprendido de la enorme variedad de libreas y de pintas de tantos tamaños y colores que llegué a ver, y que parecía que más que el fin de la temporada oficial, hubiese llegado al rio el Carnaval.
Por si aún vais a pescar al coto, antes del miércoles, ya sabeis: captura y suelta siempre, por mi parte con todas las truchas, arco-iris incluídas. Y por si veis a alguien más bajando casi en pelotas por el rio, sobre todo no os enfadéis. Pensad que la vida es muy triste y aburrida para aquellos a los que no les gusta pescar a mosca.









TEMPORADA 2.010 - 2.011 - Nº 38





Sábado, 27 de Agosto de 2011

TEMPORADA DE SALMÓNIDOS 2.011 Nº 21


Coto Guardiola de Berguedà-1

Rios Llobregat, Bastareny y Saldes
(pesca sólo en el Bastareny en esta jornada)

Capturas: 18 truchas fario a ninfa, 8 truchas fario a mosca seca, 11 truchas arco-iris a ninfa y 1 trucha arco-iris a mosca seca.


Pescador : Ferran RUBINSTEIN

Climatología: soleado y fresco.

Hora de inicio de la jornada: 10,30.

Hora finalización jornada: 17,30 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Concierto para violín y orquesta nº 1
Joachim Raff

Sonata para piano nº 3
Anton Rubinstein

“Variaciones sobre un tema rococó”
P. I. Tchaikovsky

Viaje de vuelta:

“Lo que escuché en la montaña”
“Festklänge”

F. Liszt

Obertura “Hamlet”
P. I. Tchaikovsky

“Marcha del Centenario Americano”
R. Wagner

Lineas Tensas!



Ferran RUBINSTEIN.



jueves, 25 de agosto de 2011

JP-578. COTO DE LA FOLCARÀ. Miércoles 24/08/2011
























JORNADA DE PESCA Nº 578


Guardo de mi primera y última visita a este coto un recuerdo podríamos decir agridulce. Era el primer sábado de mayo de hace dos años atrás, y bajaba un auténtico aluvión de agua debido al deshielo. Pese a ser un dia incluso caluroso de primavera, la baja temperatura del agua tenía desactivadas a las truchas, y al final tuve que conformame con la mísera pescata de una sola pintona, y encima pequeña, a base de fustigar horas y horas los laterales de mi orilla. Para más recochineo tuve la “suerte” de clavar con la ninfa una culebra de agua, y como los reptiles, por inofesivos que digan que sean, siempre imponen mucho respeto, terminé por cortar el hilo.
Sin embargo, ese sábado será siempre recordado por el Barcelonismo por ser la fecha en que el Barça ganó por 2 – 6 en el Santiago Bernabeu, el dia que se puede considerar que la primera de las ligas del Pep Team estaba ya en el saco, y la puerta de entrada a una epopeya futbolística sin precedentes, y una recolección de títulos nacionales y europeos como no se habían visto antes en el fútbol español y europeo: al menos, no tan seguidos. Aún recuerdo que, tras el fiasco del dia de pesca, escuché la primera parte de tan épico partido en la radio del coche, mientras volvía a casa.
Algo más de dos años después, he vuelto a visitar este coto del alto Rio Ter, pero en unas condiciones muy distintas, al menos por lo que hace al caudal del rio, y a la climatología. Respecto al fútbol, el sueño continúa, pues el Barça justo acababa de ganar otra Supercopa de España, en esta ocasión frente al Madrid de Mourinho, y este pasado miércoles estábamos a sólo dos dias de que el Barça se proclamase, nuevamente, Supercampeón de Europa.
El rio presentaba unas características muy distintas a aquel lejano sábado de deshielo primaveral. En esta ocasión, se podría decir que decir que el rio iba ”huesudo”, sería ser muy generosos: verdaderamente, el Ter bajaba en ese tramo, o sea entre la Central Eléctrica de Sant Joan de les Abadesses (Colonia Llaudet) y la de La Folcarà, bajo condiciones miserables de agua. Sobre todo en la parte baja del coto, impresionaba ver el enorme mar de cantos rodados entre los que se desparramaban apenas unos hilos de agua que en mejor de los casos no llegaban más arriba del tobillo.
Uno no deja de preguntarse quién debe decidir cuando hacer pasar sed a un tramo de rio, pero más de una vez, a fuerza de jugar a ser Dios, estoy seguro que se ha producido algún desastre ecológico, al dejarlo completamente seco. Lo más triste es que el agua sigue circunlando... via tubería o via canalización. Si no, sólo hacia falta ver con que alegría bajaba el Ter más abajo de la Colonia Llaudet
Como no me gustan nada las aguas paradas (por lo menos para pescar truchas), y de quedarme atrapado en una ventosa de barro siempre tengo tiempo en Pedret, comencé a pescar un poco más arriba de la desembocadura del Torrent del Coll del Pal, pequeño torrente de montaña que forma parte de los dominios pescables del coto, en el Ter.
En un principio, y más que nada por la orografía del terreno, en el primer tramo del coto, en el que el rio describe un par de pronunciados meandros, aún se conservan algunas pozas, pero ahora con muy poco calado. En una de ellas, tuve la ocasión de capturar una bagra, que se atrevió con el tricóptero de mi aparejo de tándem.
Evitado el bolo, que algo es algo, pude constatar que en esta parte del coto no se detectaba actividad alguna de truchas, todo e ir pescando lo más despacio y concienzudamente posible.
Sin embargo, al salir del segundo de los meandros, y encarar una larga recta del rio, me encontré con ese mar de piedras del que os hablaba antes. Aquí, el valle se ensancha, y en circunstáncias normales de caudal, estaríamos hablando de largas tablas, pero que en este caso se convierten en miserables escorrantías de agua entre piedras. Sin embargo... en esa larga extensión de un par de palmos de agua divisé una, dos, tres, más cebas, así que visto lo visto, tándem fuera y a pescar a seca.
En estos casos, ya os podéis imaginar, toca pescar largo, y calentarse un poco la cabeza con lo que se empata al otro lado de la linea. Sin embargo, ya sabéis que soy un “canardista” declarado, y lo primero que hice fue buscar mi efémera de CDC en mi caja de moscas. Sobre ceba vista, lo más difícil fue hacer un poco de puntería, pues después de tántas jornadas pescando exclusivamente a tándem, tuve que cogerle el tranquillo de nuevo a eso de sacar linea y posar con delicadeza suficiente... ¡esto del tándem y la pesca “de punta” es un arma de doble filo, pues pese a la probada eficacia, te hace olvidar el arte de lanzar con el látigo fuera de la caña, y tarde o temprano, el rio, los peces o ambos a la vez, terminarán por exigirte que vuelvas a eso de las 11 y la 1, y la parada delante y la parada detrás.
Tras varios intentos de hacer derivar correctamente mi CDC, vino la picada y captura de la primera trucha. Me las prometía muy felices ¡ya tengo el secreto!: con poca corriente CDC, y si hay largos hilos de corriente un poco más viva...a tricóptero.
Por lo menos, algunas truchas más reaccionaron al estímulo del CDC, todo y que fallé las clavadas, hasta que paré a tomarme una lata de té con limón. Hacía un calor terrible, todo y estar el cielo encapotado. Entonces, cuando estaba refrescándome y fumando, oí una tremenda algarabía: nada más ni nada menos que tres chavales, equipados con aparejos de pesca a cebo y vistiendo botas de goma, bajaban hacia mi por el mismo cauce del rio.
Todo y a la contrariedad, pues me habían espantado las truchas por un buen rato, comprendí que bajaban por el mismo debido a que por un largo tramo es muy difícil salir a cualquier camino o vereda debido lo agreste y embarrancado que es ese tramo. Eso si, hubiera agradecido, y más cuando ese tramo en concreto en que estaba pescando no era precisamente encajonado, que hubieran transitado por alguna de las orillas, pero ya se sabe: ellos venían de pescar, y si uno ha pescado, m... para el que quede.
Visto lo visto, decidí esperar un rato más, antes de ponerme a pescar de nuevo, y cuando lo hice, remonté esas tablas ahora magras de agua, sin obtener picada alguna, hasta encontrarme con un par de balsas, en la primera de las cuales había unas cuantas truchas dándose un festín pero no sé aún de qué. El caso es que lo estuve probando por un buen rato, a seca y a emergente, con y sin culipato, pero lo máximo que obtuve fue el revolcar un par de truchas, que se me desclavaron al instante.
Tras la segunda de las balsas, en la que no ví actividad alguna, el rio queda encajonado, hasta el final del coto, en un hondo barranco. Al comprimirse el valle, también aumenta la corriente, y el calado del rio, cuya agua ya no se desparrama en una vasta planicie, así pues, con más profundidad, por poca que sea, vuelve la oportunidad de volver a pescar a tándem.
El regreso a la pesca “al hilo” fue exitosa, pues hasta el final de la jornada logré capturar cuatro truchas más, todas ellas con mi microninfa naranja muy usual en verano, todo y que no fue fácil, pues por más que hubiese un poco más de profundidad había la suficiente poca como para que cualquier pisada en falso pusiese aletas en polvorosa a una o varias truchas que iban espantando a todas las demás.
Aparte de las capturas, lo mejor de ese tramo de rio, en donde había estado pescando la vez anterior, es el agreste y encajonado paisaje, y la sensación de estar pescando en un lugar muy aislado. Me llamó mucho la atención los grandes bloques de lo que debieron ser los pilares de un antiguo puente, desparramados en el mismo lecho del rio.
A eso de las cinco y cuarto de la tarde, tenía delante de mi un muro de piedra copletamente seco: el dique de la central eléctrica de La Folcarà. El cielo se había cubierto, y retumbaban truenos lejanos: tormenta a la vista, y con el calor que había hecho, seguramente de las fuertes. Tenía muchos números de mojarme, pues el coche estaba realmente lejos.
Para salir del rio, y poder llegar a algún camino, tuve que deshacer parte de lo andando por la orilla, salvo un par de vadeos ocasionales, y pegado a la orilla izquierda, según se baja, en donde siempre se atisba bosque cerrado y barranco (a la derecha, bosque cerrado y la pared de un canal que sale de la central eléctrica), ir buscando con atención un sendero que se intuyé más que se ve, y que en vertiginosa subida por el boscoso talud (cuidado con las suelas de las botas muy gastadas), lleva justo a una pista de tierra que discurre paralela a unos maizales, y que en cinco minutos, en dirección contraria al puente que va a Santa Magdalena de Perella –puente por debajo del cual había pasado pescando hacía mucho rato, y que me llamó la atención lo alto que estaba- te deja en la carretera, casi un kilómetro más arriba de la rotonda del desvío de la Vall de Bianya y Olot, y a dos de donde tenía el coche.
Volviendo por la carretera, comencé a darme cuenta de que lo de la tormenta iba en serio, y que no iba a quedar en tronada lejana y cuatro gotas mal contadas. Por suerte, y apretando el paso, conseguí llegar al coche justo cuando empezaba a llover en serio, y arranque el mismo aún vestido con el vader y las botas.
Tenía la esperanza de cambiarme en Ripoll, en el aparcamiento de Ordina, si es que allí no llovía, pero a medida que conducía más hacia el sur, más me estaba metiendo dentro de la borrasca, pues en Ripoll seguía lloviendo, y cerca de Sant Quirze de Besora, diluviaba, así que terminé cambiandome de ropa muy abajo, ya en las Masies de Voltregà, y en la explanada que hay junto al rio en Can Peyu, en La Gleva.
Allí, el Ter es ya un rio carpero, y por suerte no había nadie pescando, pues le hubiese extrañado mucho ver a un fulano, vestido con vadeador completo, cambiándose a la vera del rio.


TEMPORADA 2.010 - 2.011 - Nº 37






Miércoles, 24 de Agosto de 2.011

TEMPORADA DE SALMÓNIDOS 2.011 Nº 20


Coto de La Folcarà

Rios Ter y Torrent del Coll del Pal
(pesca sólo en el Ter en esta jornada)

Capturas: 4 truchas fario a ninfa, 1 trucha fario a mosca seca y 1 bagra a mosca seca.


Pescador : Ferran RUBINSTEIN

Climatología:
Mañana, soleado y caluroso. Tarde: nubes y claros con bochorno y tormenta al final de la jornada.

Hora de inicio de la jornada: 10,30 h.

Hora finalización jornada: 17,15 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 3
Anton Rubinstein

Concierto para violín y orquesta nº 2 “en estilo húngaro”
Joseph Joachim

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 6
Anton Rubinstein

“A la Memoria de un Héroe”
Alexander Glazunov
Lineas Tensas!



Ferran RUBINSTEIN.





JP-577. COTO GUARDIOLA DE BERGUEDÀ-1. Martes 23/08/2011













JORNADA DE PESCA Nº 577


De nuevo, vuelta a la pesca, tras el paréntesis vacacional. Tenía muchas ganas, pero no “mono”, pues para mi siempre es temporada de pesca, sea verano o invierno, y de vez en cuando un paréntesis de desconexión viene bien a cualquier actividad... sobre todo la laboral.
Anduve por esas montañas de Dios, al principio de mis vacaciones, y pudo reunirme con mis compañeros del Centro Excursionista, un año más, para pasar unos dias recordando gestas heróicas de otros tiempos, todo y que en los actuales no andamos precismente hechos unos “Reinhold Messner”, y nos conformamos con dos ascensiones bastante suaves, la una al Salvaguardia, pico que separa el valle de Benasque del de Luchon, y que cumplimentamos con una visita al espectacular Forau d´Aigualluts”, y la otra al Tuc del Port de Vielha, incluyendo también una visita al Estanh Redon.
También mis chicas, o sea mi mujer y mi hija, pudieron tener su ración de sol y playa, en un entorno de privilegio como es la Costa Brava, y en donde pudimos disfrutar, además de otras actividades, de un par de espectaculares cruceros turísticos por las agrestes costas de Cadaqués y de las Islas Medas. De hecho, ellas siguen en la playa, pero este caso en el Delta del Ebro, junto a mis suegros.
A un servidor le quedan muy pocos dias de vacaciones, y he decidido volver a la urbe un poco antes, más que nada para atender unas cuantas gestiones, y sobre todo para poder hacer alguna escapada a pescar.
Fallaron mis planes de volver al Alto Pirineo en compañía de mi amigo Francesc, y la verdad es que no me apetecía nada el volver a preparar el equipaje para pocos dias, todo y la tentación de volver a Bonabé, al Cardós o la Vall Ferrera.
Así que, resignado a objetivos en apariencia más modestos, pero no por ello menos interesantes, el pasado martes retomé la temporada allí por donde la había dejado, y volví a Guardiola de Berguedà, a ver si se repetía la excelente última jornada, y para seguir sacándole partido al tricóptero “punky” de Marc Vande Vliet.
De entrada, se trataba de hacer el mismo paseo, rio Llobregat arriba, que el último dia, pero en esta ocasión, con la posibilidad de prolongar mucho más allá de lo habitual la jornada, al no haber nadie esperàndome en casa.
Sin embargo, mis planes se truncaron debido al terrible calor. A eso de las cuatro y media estaba realmente fatigado. Esto, unido a que las truchas habían entrado en la apatía hacía rato (supongo que la hora de la siesta es sagrada en verano, incluso para las pintonas), me hizo marchar del rio más o menos a la hora habitual, e incluso un poco antes, completamente agotado y deseoso más de sombra y cerveza fresca, que de esperar la hora de un sereno aún lejano, soportando los rigores de un tarde de calor africano.
Tampoco la jornada fue un calco de la anterior, en un sábado soleado, pero más bien fresquito, de ese Julio inusualmente pasado por agua y de moderadas temperaturas que hemos tenido: el resultado final de 16 truchas en mano, tampoco está muy lejos de las 18 captuaras de la vez anterior, pero la verdad es que las capturas se concentraron mucho en las horas del mediodia, y a partir de las dos y media de la tarde la actividad de los peces cesó casi por completo, salvo por alguna picada esporádica.
A diferencia de hace un mes atrás, en esta ocasión no se movieron para nada las truchas grandes, y toda la pescata fue de truchas de talla muy justita, incluyendo alguna que otra “muñona” procedente de las repoblaciones de este año.
Barbos y piscardos parecían haberse esfumado del rio. Hace un mes, los pequeños barbitos y los invasores alóctonos, no dieron tregua a los señuelos, y sin embargo, las esporádicas clavadas de mini-tallas, lo fueron este martes de alevines de trucha.
El tricóptero “punky”, con su original penacho señalizador de color rosa, funcionó bien, mientras duró la actividad, claro está. En plena hora de la siesta, sólo la microninfa color naranja, dando botes sobre las piedras, consiguió arrancar a un par de truchas de su letargo, y llevarlas hasta mi sacadera.
Este tricóptero es ideal sobre todo para pescar en corrientes y espumeríos, pues tiene una alta flotabilidad. Ayer pesqué todo el rato “al agua”, al igual que la otra vez, por lo que me hace falta probarlo sobre cebas concretas, todo y que, para corrientes moderadas, blandos de corriente, e incluso aguas paradas, me cuesta mucho empatar en mi linea otra cosa que no sean eférmera de CDC.
Ya queda menos de una semana para el cierre de los cotos tradicionales de temporada. Aún no sé si volveré a Guardiola de Berguedà, mi coto “local”, tras la conversión de Pedret en intensivo hace un par de años atrás, pero me llevo de esta jornada un buen rato de diversión, y un poco la sensación de que he pescado menos tiempo del que hubiese querido, pero el calor siempre es un agobio para el pescador, y un arma de doble filo para la pesca: una buena temperatura puede activar a las truchas, pero una tarde de verano con el mercurio pasando de los 30 grados, puede ponerlas en los brazos del mismísimo Morfeo.





TEMPORADA 2.010 - 2.011 - Nº 36




Martes, 23 de Agosto de 2011

TEMPORADA DE SALMÓNIDOS 2.011 Nº 19


Coto Guardiola de Berguedà-1

Rios Llobregat, Bastareny y Saldes
(pesca sólo en el Llobregat en esta jornada)

Capturas: 10 truchas fario a ninfa y 6 truchas fario a mosca seca.


Pescador : Ferran RUBINSTEIN

Climatología: soleado y caluroso

Hora de inicio de la jornada: 10,00.

Hora finalización jornada: 16,30 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

“La Noche Transfigurada”
Arnold Schömberg

Cuarteto para cuerdas nº 1
Félix Mendelssohn

“Una Fiesta Eslava”
Alexander Glazunov


Viaje de vuelta:

Concierto para piano y orquesta en “LA” menor
Obertura, Op. 9
Ignacy Paderewski

“Capricho Ruso”
Anton Rubinstein

“Los Djinns”
César Franck


Lineas Tensas!



Ferran RUBINSTEIN.