"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

domingo, 17 de marzo de 2013

JP-644. COTO INTENSIVO DEL PEDRET S. M.-LL03B. Sábado, 16/03/2013.

Una mañana soleada y fría ha saludado la llegada de una nueva temporada de  salmónidos. Ha sido un día de intensa nostalgia y poca pesca. Por la tarde llegaría la lluvia, que también ha sido protagonista de muchas de mis jornadas inaugurales a lo largo de los años. 

Todo y lo bajo de caudal del Llobregat aguas abajo de la presa de La Baells,  no hubo ni atisbo de actividad de las truchas en superficie, y para evitar un bolo tuve que recurrir a pescar a ninfa las pozas, pues era allí en donde estaban, todo y que realmente apáticas, desganadas y picando con muy poca convicción y decisión.  


JORNADA DE PESCA Nº 644


SOMBRAS DEL AYER.

Por fin ha comenzado la tan ansiada temporada de pesca de la trucha, y para mi lo ha hecho en un día cargado de nostalgia, de poca pesca, y en encima un coto intensivo como es el de Pedret, que conoció tiempos mucho mejores hace muchos años siendo coto de temporada.
Todo y que soy un pescador de todo el año, y a ir casi cada semana al río haga frío o calor, llueva torrencialmente o haga un calor que parta las piedras, por principios y por ética me niego a "ir de sobrado", y en este día tan especial, me dejo llevar con auténtico placer por la excitación que da el sentimiento de que algo nuevo va a comenzar. En esta jornada, compartiré río con aquellos que a lo mejor pescarán este día y contados más a lo largo de la temporada, con fulano que estrena carrete y caña para tan magna ocasión y con mengano que se queja del aluvión de gente que abarrota el río. Para mí, es una gran satisfacción ver tanto movimiento de gente, pues es señal de que la afición a la pesca está bien viva. Desgraciadamente, la percepción que he tenido en esta jornada inaugural en El Berguedà ha sido bien triste: la de que la euforia por la pesca de hace años se ha estancado, y que la elección de dicha comarca como destino de pesca está francamente en regresión.
¡Que sensación más triste! Comparada esta inauguración con la de hace, por ejemplo, diez años atrás la imagen del día parece un negativo de la otra. El antaño extensísimo coto de Gironella es hoy una zona de pesca de ciprínidos, el prestigioso coto sin muerte de Pedret, en Cal Rosal, es hoy una zona libre sin muerte enfangada, abandonada y sin ningún tipo de gestión ni vigilancia y Pedret tradicional, antaño auténtica joya de la corona del Berguedà hace ya años que es un intensivo en donde se vuelcan de la cuba una repoblaciones de cada vez más escaso presupuesto. Por supuesto queda la parte alta de la cuenca del Llobregat, los cotos unificados la temporada pasada de Guardiola de Berguedà y la Pobla de Lillet, y no puedo emitir una opinión hasta que no vaya, pero el caso es que a fecha de hoy más de la mitad de la longitud de aguas pescables del Berguedà, curiosamente las más alejadas de la montaña -lugar en donde la minoría de urbanitas , "camacus" (1) y "pixapins" (2) adinerados ha decidido establecer su parque temático de fin de semana- o bien no tienen trucha, o bien son coto intensivo.
Excitado como un niño ante la perspectiva de comenzar una nueva temporada, y nostálgico como un anciano recordando tantas y tantas jornadas de pesca en Pedret, me puse rumbo al Berguedà. Poco iba a tardar en darme cuenta de cuanto han cambiado las cosas. La primera prueba la tuve cuando a las ocho de la mañana el bar de la Cooperativa de Bassacs tenía bajada la persiana, cuando hasta hace solo unos pocos años atrás era el centro neurálgico y punto de reunión de los pescadores del Baix Berguedà, máxime cuando la Sociedad que gestionaba el coto de Gironella tenía allí su sede. Como es habitual en mis visitas por la comarca, desayuné en el Bar Carmona de Gironella, en donde antaño también se vendían tickets de pesca, y en esta ocasión la dueña ni sabía que era el día de la inauguración de la temporada. El summum de la decepción fue ver el legendario Bar "El Rovelló" de Cal Rosal, que regentaba el genial y no menos legendario "Pigui" y en donde igual se preparaban opíparos desayunos que se vendían tickets, moscas hechas personalmente por el dueño, lombrices y accesorios diversos de pesca (aún recuerdo las famosas moscas "Rovfly",  la exposición de cañas y carretes en una vitrina y los posters de cañas Sage y de la revista Fario en las paredes), con apenas cuatro clientes contados a eso de las nueve de la mañana cuando en otros tiempos ese y los otros bares de este enclave comercial eran un hervidero de pescadores apurando sus desayunos y cafés antes de enfundarse el vadeador. Realmente triste, en menos de diez años que terrible decadencia la de la pesca en El Berguedà, un declive del que la crisis económica actual no es totalmente responsable, y que comenzó ya hace años y que no tiene un sólo origen sino varios: comenzó con una degradación de la calidad de las aguas del río por debajo del pantano de La Baells a principios de la década pasada, con largos periodos de colmatación por lodos y crecimiento de algas por eutrofización; continuó con la nefasta gestión de la pesca recreativa llevada a cabo por el Segundo Tripartito; recibió un buen mazazo con la arbitrariedad de la gestión de permisos de pesca por internet, que alejó del río a mucha gente mayor que ni tan solo ha vuelto a pescar ante tanto lío para una gestión antaño tan sencilla y que se resolvía fomentando el comercio de proximidad (tickets presenciales en bares y tiendas de pesca) y finalmente la crisis y otra política no menos nefasta de los victoriosos conservadores de convertirlo todo en intensivo para ganar pasta, pero ofreciendo bien poca trucha , y encima de muy mala calidad, es lo que ha llevado a esta decadencia.
Sin embargo, los que no nos dejamos llevar por el desaliento, sabemos que la historia suele ser algo cíclico, y que todo es reversible si hay voluntad de que así sea. De momento, seguimos soñando en la resurrección de la pesca en el Baix Berguedà. Mientras, vamos a predicar con el ejemplo, y yo al menos seguiré viniendo a esta comarca a pescar con regularidad a lo largo del año (cosa que no he dejado de hacer hasta el día de hoy), ni que sea las truchas intensivas de Pedret, pues aparte de seguir aferrado a una ilusión, el no abandonar la comarca significa no renunciar al sueño anteriormente mencionado.

JORNADA INAUGURAL MUY POBRE EN RESULTADOS (OTRA MÁS).

Como suele suceder (por lo menos a mi me pasa con bastante frecuencia), las jornadas inaugurales no suelen ser paras echar cohetes en lo que a pesca se refiere. Si vas a un coto de temporada tradicional, "porque todavía hace mucho frío, que si tampoco hace tanto que han desovado y están cansadas, que si patatín, que si patatán," y si vas a un intensivo o a un coto de temporada que funciona como un intensivo (de hecho Pedret y Gironella funcionaban así, y con mucho éxito en otros y mejores tiempos), "que si no han echado trucha suficiente, que si con tanta gente no hay quien pesque, que si patatán, que si patatín". En fin, no hace falta recurrir a excusas. Confieso que lo de las jornadas inaugurales no es mucho lo mío en cuanto a pesca se refiere, y todo y haber tenido alguna jornada de estas características la mar de decente, lo cierto es que sin retroceder eones en el pasado, os puedo decir algunos de mis bolos y fiascos en jornada inaugural en tiempos recientes, o por lo menos desde que en su día tomé el hábito de anotar los resultados de mis jornadas de pesca. El hecho de que casi todos hayan sido en Pedret, se debe a que es el lugar en donde más veces he inaugurado la temporada

1999 (Pantano de Vallforners) = semibolo, 1 trucha
2003 (Pedret) = semibolo, 1 trucha
2005 (Pedret) = bolo
2007 (Pedret) =  bolo
2009 (Pedret) = semibolo, 1 trucha
2010 (Guardiola de Berguedà) = semibolo, 1 trucha

En el caso de este sábado, todo y el pobre resultado de 3 truchas irisadas pescadas a ninfa, me puedo dar con un canto en los dientes al haber roto la maldición de la jornada inaugural. Venga, va, para los que les vaya el morbo,  aquí va el mejor de mis resultados en una apertura de temporada

2006 (Pedret) = 12 truchas (todas devueltas)

El día fue muy variado, en lo que a climatología se refiere. Por la mañana hizo sol, pero la temperatura permaneció fría hasta mediodía, momento en el cual se empezó a nublar. A partir de las dos de la tarde comenzó a llover, primero una débil y persistente llovizna que devino en poco más que un flojo chaparrón a eso de las tres y media. A partir de las cuatro paró de llover, pero ya no volvió a salir el sol, y volvió a lloviznar cuando a las seis y media de la tarde, ya cambiado y con las manos embadurnadas de "Brummel", me dirigía de nuevo a Gironella para merendar.          
Viendo lo bajo del caudal del río, me prometía una jornada muy feliz, pescando incluso a seca a la que las truchas se pusieran en la labor, pero la verdad es que cuando llevaba más de dos horas pescando, y prospectando posturas de las que "siempre funcionan" vi que aún no había no ya tenido alguna picada, sino tampoco visto ni una trucha, tuve la certeza de que me esperaba otra aciaga jornada inaugural.
Tampoco es que faltasen truchas, pues según Eudald, el agente de Catalana Forestal que está llevando a cabo una excelente labor, con quien estuve hablando mientras me cambiaba de ropa, habían repoblado con 150 kgs. de trucha arco-iris esa misma semana. El caso es que los peces debían estar muy inactivos, pues la gente con la que me fuí cruzando, mayormente  pescadores de cucharilla o de cebo, decían haber pescado más bien poco: uno o dos peces a lo sumo.
Viendo el estado del río, me preparé para pescar lo más ligero posible, con un tándem de seca y ninfa. con el que lo máximo que conseguí, bastante pasado el mediodía fue la captura de una única trucha, con la ninfa, una irisada de aspecto y talla bastante anodinos, seguramente procedente de la última cuba.
A primera hora de la tarde, comenzó a encapotarse el cielo. Todo y a evitar el bolo, estaba ya cansado de que el "jogo bonito" no me funcionase, y tuve que apearme del burro para comenzar a buscar las truchas allí donde estaban, o sea bien pegadas al fondo de pozas y badinas, sin tungstenizar demasiado el asunto pues dada la mengua de profundidad no era cuestión de dragar fondos permanentemente, con la consiguiente sangría de material. Así de este modo, y con una sola ninfa atractora de color blanco con destellos perla brillante comencé a mover algunas truchas: una, dos y hasta tres que picaron fatal y se soltaron a las primeras de cambio, hasta que a la cuarta fué la vencida y pude ensalabrar la segunda trucha de la jornada, otra irisada de origen "cubano" (de cuba de repoblación, claro) que se rindió a las primeras de cambio tras una pelea con escasa historia.
Bajo la lluvia de la tarda, y a medida que  el río se fue quedando desierto de pescadores, tuve la suerte de clavar, con la ninfa blanca atractora, la única de las truchas del día que me presentó una batalla digna, no ya por su tamaño ni por su fiereza, sino por la serie de cabriolas y saltos que me regaló antes de ensalabrarla y soltarla. Parece mentira que espectáculo dan a veces estos peces que apenas si tienen aletas. Con perserverancia y ajeno al "calabobos", todavía conseguí hacer picar un par más de estas truchas de repoblación, pero la falta de concentración en una pelea que a veces crees ganada de antemano (con los "torpedos" de Anglès y Oliana ya se te habría disparado la adrenalina y tendrías los cinco sentidos puestos en pelear con el pez) hizo que se me desclavasen cuando aún no había tenido ni tiempo de echar mano a la sacadera.
A última hora de mi jornada, cuando paró de llover y el río llevaba ya mucho rato vacío de pescadores, las truchas comenzaron a asomar el morro. Si bien no a comer por arriba, por lo menos empecé a verlas nadando que algo es algo. Lo de comer por arriba fue una esperanza bastante vana, no ya porque la trucha estuviese muy zurrada y escarmentada, sino sombre todo porque a lo largo del día no vi ni una puñetera eclosión: nada de comida derivando río abajo. Esto de las eclosiones es todo un misterio; en mi última visita al Pedret, el primer día de diciembre del año pasado, y en una jornada de temperaturas glaciales, no dejó de eclosionar efémera, y todo y que a mediodía de esa jornada apenas si llegamos a estar a cuatro grados positivos, las truchas -también repobladas, y en una similar proporción a esta última semana- no pararon de comer en superficie durante todo el día. Misterios tienen los ríos.
Dado que las truchas, seguramente por la tranquilidad del momento, por lo menos se dejaban ver, terminé la jornada intentando pescar nuevamente con el "jogo bonito", con un tandem muy ligero, pero las irisadas estaban realmente escarmentadas o realmente pasaban de todo, pues lo máximo que conseguí fue que alguna arrancase alguna tímida carrera para dar media vuelta nada más ver la ninfa.
Nuevamente bajo la lluvia, que esta vez y por fortuna no me pilló cambiándome, volví a Gironella para comprar el pastelito de turno y saludar a mis amigos de la pastelería "El Globus". Mientras me lo comía, en el mismo bar de la mañana, en donde de tratarse de la misma fecha, pero de años atrás, seguramente habría una buena tertulia de pescadores comentando las aventuras del primer día de temporada, tuve la ocasión de saludar a mi amigo Xavier C., pescador de Gironella y auténtico devoto de la pesca a mosca, e intercambiar algunas impresiones con el sobre el inicio de la nueva temporada. Por temas laborales no había podido ir a pescar, pero por su semblante deduje que -viendo como andan las cosas por la comarca- este hecho no le había supuesto frustración alguna.  
Lo más paradójico de todo, es que durante el viaje de regreso, conduciendo con precaución bajo la lluvia y escuchando a Beethoven, tuve la extraña sensación de habérmelo pasado incluso bien. Será porque soy de fácil conformar, o será porque comparado con lo estresante de la vida cotidiana, y más en tiempos de crisis, cualquier día de pesca parece bueno con tal de evadirse de tantos problemas, pero también puede ser, y hay de ello muchas probabilidades, de que mi alegría devenía del hecho de haber vuelto a Pedret, una inauguración más y un año más. Que no nos falten los recuerdos. Nunca renunciaré a revisitar el pasado con gratitud las veces que haga falta: en ello encontraré la fuerza para seguir alimentando mi fe en la resurrección de los buenos tiempos de la pesca en la comarca del Berguedà.  



(1) Para los no catalanes: urbanita embobado ante las beldades de la naturaleza que no cesa de repetir "que maco, que maco" (que bonito, que bonito) cada vez que sale al campo.
(2) Para los no catalanes: literalmente "meapinos". Lo mismo que "camacu". Supongo que lo de mear contra un pino, o en la base del mismo en el caso de las señoras, es toda una excitante novedad para algunos habitantes de la urbe.


JORNADA DE PESCA Nº 644

Sábado, 16 de Marzo de 2013
Inauguración de la Temporada de Salmónidos 2013

Coto Intensivo del Pedret S. M.
Río Llobregat

Temporada de pesca 2012 - 2013 - Nº 17
Temporada de salmónidos 2012 - Nº 1

Pescador::
Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 3 truchas arco-iris a ninfa

Climatología. mañana soleada y fría; mediodía nublado y templado; tarde nublada y lluviosa con bajada de temperatura.

Hora de inicio de la jornada: 10,00 h.
Hora de finalización de la jornada: 17,45 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 6
"Una fiesta eslava"
Alexander Glazunov

Danzas Húngaras nºs 5, 6, 3 y 1
Johannes Brahms

Viaje de vuelta:

Sinfonia nº 5
Ludwig Van Beethoven

"Hungaria"
Franz Liszt

Obertura para un festival académico
Johannes Brahms

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

2 comentarios:

  1. Hola Ferrán,

    ¿viste a Wolfred?

    http://remontandorios.blogspot.com.es/2013/03/recordando-wolfred.html

    Un saludo,

    Pablo

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  2. Amigo Pablo,

    La mítica trucha Wolfred vivía en el antiguo coto sin muerte de Pedret, en Cal Rosal, y solía tomar el sol en la proximidades del puente romano. Ahora aquello es una zona libre sin muerte, y hace años que los devotos de la pesca en el Berguedà estamos sin noticias de Wolfred.
    Una brazo y Lineas Tensas!


    Ferran.

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